En un giro impactante que ha dejado a la WWE y a los fanáticos en estado de shock, Roman Reigns rompió su promesa más sagrada: no hacerle daño a CM Punk por respeto a su consejero y “sabio”, Paul Heyman. Este acto no solo cambia la dinámica entre las superestrellas, sino que también podría marcar el comienzo del fin de la legendaria alianza entre Reigns y Heyman.
Durante meses, Reigns había dejado claro que, aunque CM Punk no era su aliado, jamás lo atacaría mientras Heyman estuviera en el medio. “Por respeto al hombre que me ayudó a convertirme en el Jefe Tribal, no tocaré a Punk,” dijo en una entrevista meses atrás. Ese compromiso se convirtió en una especie de línea sagrada que muchos creían inquebrantable.
Sin embargo, todo cambió en el último episodio de SmackDown. En un momento de tensión elevada, Reigns lanzó un violento Spear contra CM Punk, dejando a Heyman paralizado y visiblemente devastado en ringside. La arena se quedó en silencio. La promesa fue rota. La confianza fue destruida.
Fuentes cercanas a los creativos de WWE afirman que esta traición podría ser el detonante de una de las rivalidades más esperadas por los fans: Paul Heyman regresando al lado de CM Punk. La historia se escribe sola. Heyman, traicionado por su “campeón”, ahora tiene un motivo emocional, personal y simbólico para darle la espalda a Reigns.
Los rumores no se han hecho esperar. ¿Está WWE preparando un choque épico entre Reigns y Punk con Heyman en el centro del conflicto? ¿Será esta la forma de cerrar el círculo entre dos leyendas modernas del wrestling y su influyente mentor?
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Aún no hay declaraciones oficiales por parte de Heyman, pero su silencio dice mucho. La traición ya está sembrada. Y como bien se sabe en el mundo de la WWE, las promesas rotas siempre tienen consecuencias… y a veces, esas consecuencias cambian la historia.